miércoles, 24 de marzo de 2010

Ritalin, Prozac y otros Sistemas Educativos

Se podría decir que un «buen sistema educativo» es aquél que forma «buenos ciudadanos» que no se salen de la norma ni molestan.

¿Cuáles son los sistemas educativos más adecuados para los niños? Se podría decir que un «buen sistema educativo» es aquél que forma «buenos ciudadanos» que no se salen de la norma ni molestan. Donde los niños están tranquilos sin alborotar, y los docentes hacen lo que se les dice sin cuestionarse nada.

En este momento, los niños ya no se adaptan a las aulas; no les gusta que traten de dominarlos y una gran parte de lo que estudian no les interesa ni lo más mínimo.

Los docentes se sienten atrapados en un sistema opresivo, donde la capacidad de decisión y de improvisación están prohibidas y mermadas hasta límites insospechados. En el porqué de lo que a los niños se les aplica el Sistema Ritalín y los profesores siguen la Pedagogía Prozac. Ahora mismo, miles de alumnos y docentes en todo el mundo se benefician de ellos. El Sistema Ritalín se aplica a niños desde los tres años. La Pedagogía Prozac la siguen los docentes al poco tiempo de empezar su labor como tales.

«Demos las gracias» a los estamentos por estos nuevos sistemas educativos.

Yo como Niño te Doy las Gracias:

■Por drogarme e iniciarme en el mundo de las drogas
■Por tenerme controlado
■Por anularme
■Por no dejarme ser yo mismo
■Por abrirme la puerta a las adicciones
■Por los efectos secundarios[1] que puedo padecer: pulso acelerado, aumento de la presión sanguínea. Dolores de pecho, fiebre, dolor de articulaciones, sarpullidos en la piel o urticaria, movimientos descontrolados del cuerpo. Deposiciones negruzcas. Sangre en las deposiciones y/u orina, visión borrosa u otros cambios en visión, convulsiones, calambres en los músculos, puntitos rojos en la piel, arrebatos vocales incontrolados, y/o tics (movimientos repetitivos y incontrolados del cuerpo) sangrados o moretones raros. Cambios de humor, confusión, delirios, despersonalización (sentimiento de que no se es real o que se vive en un mundo irreal), alucinaciones (ver, oír o sentir cosas que no están allí), pérdida de peso, etc.
Yo como Docente te Agradezco:

■Por convertirme en una buena herramienta del sistema
■Por poder aguantar a los niños y no estrangularlos
■Por anularme la personalidad
■Por poder volverme agresivo
■Por drogarme
■Por evitarme el ausentismo laboral
■Por los efectos secundarios[1] que puedo padecer: malestar de estómago, somnolencia, debilidad o cansancio, excitación o ansiedad, insomnio, pesadillas, sequedad de boca, tener la piel más sensible al sol que lo normal, cambios de apetito y peso, estreñimiento, dificultad para orinar, orina frecuente, visión borrosa, cambios en la potencia y apetito sexual, sudoración excesiva. Espasmos musculares en la mandíbula, cuello y espalda, habla lenta o dificultosa, fiebre, temblores, dolor de garganta o síntomas como los de la gripe, etc.
Quizás nos preguntemos por qué los síntomas se están simplemente tapando y disimulando con este tipo de sistemas educativos. La respuesta es simple: es más fácil seguir con una rutina, aunque ésta sea dolorosa, que cambiar y adaptase.
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[1]Referencia: U.S. National Library of Medicine and the National Institutes of Health.

Por Jose Manuel Piedrafita